9.2.09
Hace un par de semanas estuve conversando con Jacobo Herdoiza y Francisco Ursúa sobre la propuesta de peri-arquitecturas. Jacobo hizo algunas críticas al texto introductorio que vale la pena anotar: puede malinterpretarse como un reconocimiento a obras que meramente estetizan la periferia (un peligro que se corre cuando se recurre a las zonas informales en búsqueda de un lenguaje formal). En realidad nos interesa -entre otras cosas- el trabajo de los arquitectos que intentan develar los mecanismos de la informalidad, los principios que sub-yacen a su generación formal. Son arquitectos cuyo trabajo se empeña en registrar, documentar, representar, cartografiar, deconstruir y recrear la "periferia" entendida como ciudad auto-generada. Lo cual me remite a otra crítica válida y continua que me han hecho llegar varios amigos: si queremos subvertir nociones de periferia y centralidad, por qué titular al proyecto editorial "Peri-arquitecturas" (el nombre original) o "De peri-arquitecturas a peri-centralidades" (el nombre actual). Sería mejor encontrar un medio poético para nombrar nuestra posición contemporánea sin nombrarla; es decir, para definirla más allá de categorizaciones geo-políticas (primer mundo, tercer mundo, etc.) o prejuicios espaciales. Alguna idea?
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